Prensa I 1992
1) 8 de febrero I Expreso I Año XXXI I Nº 11116 I Arte contemporáneo en Sevilla. ¿Conflicto o integración? I Jacques I. Bartra I Página A18
Llevar una muestra de arte plástico contemporáneo del Perú a la Exposición Universal de Sevilla, con ocasión del V Centenario del encuentro de dos mundos culturales -tan lejanos y tan próximos, a la vez, como son, para nosotros, el precolombino y el occidental-, conlleva diversos significados.
PASADO, PRESENTE Y FUTURO
En primer lugar, significa un esfuerzo singular por intentar comprender, a través de la perspectiva amplia y creativa de la visión artística, las complejidades derivadas de la confrontación y la pugna que liberan las dos culturas superpuestas en el Perú como consecuencia del hecho histórico de la conquista española y la subyugación del mundo andino.
De allí que se haya escogido la temática <<¿Conflicto o integración?>> como pauta de reflexión para las obras de los pintores y escultores seleccionados, cuya expresión estética bien podría convertirse en intermediario o puente -desde una percepción dialéctica de la historia que sirva a la fusión reconciliadora y sintética del mestizaje cultural.
En segundo lugar, se trata de un aporte vivo que, por ende, va más allá de la visión segmentada -aunque no, por ello, menos maravillosa- de una exposición histórica integrada por espléndidas obras de arte precolombinas o virreinales que se exhibirán en el Pabellón Perú de la Expo 92.
Resulta indispensable, desde todo punto de vista, complementar las expresiones artísticas originales del pasado prehispánico y colonial peruano que se exhibirán en Sevilla, con una expresión estética vigente y actual, capaz de reflejar -simultáneamente. Las contradicciones y posibilidades del presente y el futuro de la sociedad peruana y su relación con el mundo, de cara al próximo milenio.
Si bien el patrimonio histórico-artístico del Perú es universalmente valorado y reconocido, especialmente el lo que atañe a las magníficas expresiones de las civilizaciones preincaicas (como los textiles, la cerámica y la metalurgia), llama la atención que -a diferencia de otros países latinoamericanos de similar raigambre hispánica- la expresión plástica contemporánea peruana no sea igualmente reconocida a nivel internacional.
DOS CONDICIONES
¿Será que el pasado peruano resulta tan categórico y contundente que, prácticamente, castró cualquier posibilidad de evolución posterior? ¿O, tal vez, se trata de una talentosa facultad colectiva, poco difundida internacionalmente?... En cualquier caso, la experiencia mexicana bien podría servir de brújula, toda vez que este país hermano, tan semejante al Perú, supo desarrollar y apoyar un movimiento pictórico de influencia universal -como es el surrealismo mexicano-, nutriéndose de su prodigiosa raíz histórica.
Como podrá observarse en la exposición, el arte contemporáneo peruano demuestra la inquietud, vitalidad y poderosa imaginación de sus creadores plásticos, más allá de cualquier elección o intención consciente o inconsciente, del espíritu telúrico del Perú milenario.
Desde el surrealismo totémico de Chávez, la magia onírica de Revilla y el simbolismo abstracto de Szyszlo -por citar a los más connotados pintores de la muestra-, hasta las fecundas promesas que sostienen el modernismo conceptual de Pazos, la materialidad posmoderna de Wiesse y el angustioso neoexpresionismo de Carrera, se hace posible contemplar las diversas expresiones plásticas de los pintores peruano que, si bien no pueden -por razones obvias- estar todos presentes en el Pabellón de as Artes de Sevilla, han sido escogidos en base a dos condiciones irrebatibles: la trayectoria y la calidad de su obra.
Los mismo puede decirse de los diez escultores seleccionados. Desde los inconformistas temperamentos de Rodríguez-Larraín y Piqueras, pasando por el conspicuo Alberto Guzmán, hasta las generaciones más jóvenes -entre las que predominan mujeres-, como es el caso de Susana Roselló, Hamman, Sonia Prager y Rocío Rodrigo, la escultura peruana proyecta su profundidad remota y sutil en la piedra andina y el fierro violento.
PUENTE Y POSIBILIDAD
Cabe señalar, finalmente, que la cristalización de esta exposición, al buscar difundir la vigencia creativa del Perú -aprovechando la vitrina universal de Sevilla que España nos brinda, cinco siglos después, para servir de puente entre América y Europa-, reafirma no sólo la capacidad de colaboración mancomunada entre el Estado y el sector privado, sino la posibilidad de superar la violencia e incomunicación a través de los misterioSos caminos del arte.
